Foto: José Beltrán/ EL UNIVERSO Foto: El Universo
¿ESTAMOS SALADOS?
El pueblo ecuatoriano está cercado por la mala política, la falta de reactivación económica, la agresividad de las mafias y ahora también por la naturaleza.
Entre la ineptitud del gobierno, la mediocridad de la asamblea y el golpismo, se ha generado una inestabilidad tal que el riesgo país ya bordea los 2.000 puntos y en el último saludo del cuerpo diplomático al presidente, el ambiente ha sido prácticamente de despedida.
La economía que ya venía mal porque el alza de impuestos ha sido recesiva, experimenta un duro golpe por la caída del precio del petróleo y por la subida de las tasas de interés en el mundo. La baja del precio del petróleo eleva el déficit fiscal que se lo tiene que cubrir con deuda más cara; adivinen, ¿quién terminará pagando esa deuda? Nosotros, los ciudadanos del presente y del futuro a través de más impuestos.
La delincuencia ha crecido de 12 a 16 muertos por día en los primeros meses con más brutalidad, la droga y las balas zumban y las mafias han penetrado al gobierno, a las fuerzas de seguridad y a la justicia.
La naturaleza se ceba contra las zonas más vulnerables con inundaciones, terremoto y riesgo de erupción y eso que todavía no llega El Niño.
Y para colmo, Australia nos gana 3 a 1, ya ni el fútbol nos alegra.
En el deporte se gana y se pierde, contra la naturaleza solo cabe la prevención y la mitigación de los desastres, sin embargo la política y la economía sí se pueden arreglar, pero no con esta clase de políticos traidores, incompetentes y de contra, corruptos.
Pareciera que estuviéramos salados, pero no, lo que tenemos es la desgracia de un pésimo gobierno y oposición, que ocasionan un desastre político que daña la economía.
¿Hay manera de salir de eso? El pueblo en las encuestas y en las urnas ya dio su veredicto, que se vayan todos y eso se llama muerte cruzada.
Si no se hace caso al soberano, habrá más inestabilidad política que aniquilará a la economía y eso significará más desempleo, pobreza, hambre y delincuencia.
En las crisis son importantes la profundidad de las mismas y la duración, mientras más profundas y prolongadas peor y eso es lo que nos está pasando.
Por el bien del país esta situación no se puede alargar más en el tiempo, ninguna vanidad irresponsable está por encima de los intereses de la nación.
No estamos salados sino que necesitamos una buena política, eso es Acción por el Cambio, humanismo con sentido común y ética.
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