La debilidad del gobierno, la profusión de errores que comete y la inoperancia del círculo del Presidente, han envalentonado al correísmo y al sector extremista liderado por Iza, quienes son aliados tácticos, cada uno con sus propios objetivos, pero unidos en su afán de tumbar al gobierno.
La hoja de ruta de esta gente antidemocrática y fascista está marcada:
Tumbar al Consejo de la Judicatura.
Poner a sus jueces de bolsillo.
Declarar la nulidad de los juicios a Correa y Glas.
Tumbar a Lasso u obligarlo a la muerte cruzada para anticipar las elecciones.
Candidatizar a Correa o a un ungido por él para recuperar el poder en el 2023.
Todos los pasos que da esta gente autoritaria y corrupta apuntan en esa dirección.
El gobierno está débil, solo, desorientado, errático, "groggy" como dicen en el boxeo, tratando de ganar tiempo y cediendo a las exigencias del extremismo, por eso el Presidente recula y pide el archivo de la denuncia contra los asambleístas de Pachakutik y hasta les pide perdón, para que ellos a su vez le "perdonen la vida"; ilusos, no saben que cuando el tiburón huele sangre nada detiene su ataque.
Los primeros en oler que habrá un nuevo golpe son los mercados, por eso el riesgo país anda por encima de los 1.450 puntos, las mineras están descartando nuevas inversiones y se han alejado las petroleras.
En el medio del golpismo de Correa e Iza y de la incompetencia de un gobierno que traicionó el mandato de las urnas, se encuentra la sociedad ecuatoriana, sumida en el desempleo, la pobreza, el hambre, la inseguridad, la decepción y el desasosiego.
Nuestro deber en Acción por el Cambio es denunciar a los golpistas y ser críticos con un gobierno desleal e incompetente, a la vez que transformamos la energía social en coraje y esperanza para el cambio.
El futuro del Ecuador no es Correa, ni Iza, ni Lasso, ellos son ya parte de un pasado que hay que dejar atrás, el futuro tiene que ser el Cambio verdadero, esa es nuestra razón de ser como Movimiento.
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