La selección ha perdido hoy en la cancha ante el campeón de África, es cierto.
Pero estos muchachos ecuatorianos, en su gran mayoría de cuna humilde, así como Gustavo Alfaro y su cuerpo técnico, nos han dejado un ejemplo inmenso de valores y virtudes a seguir:
Amor a la Patria manifestada en una camiseta.
Juego limpio para ganar y saber perder.
Humildad en la victoria y dignidad en la derrota.
Capacidad de soñar en grande y no temerle a ningún rival ni adversidad.
Mística y sacrificio de jugar hasta lesionados y nunca bajar los brazos.
Trabajo en equipo, jugadores con gran físico y habilidades, colaborando entre sí por un objetivo común.
Sí se puede, llegamos al Mundial, estamos entre los mejores, cuando nos lo proponemos.
Todo eso y mucho más que conforman un gran ejemplo nos han regalado con alegría y pundonor nuestros seleccionados.
Nada que reprocharles, sino darles un abrazo enorme de GRACIAS con mayúsculas.
La selección nacional de fútbol, su capitán, Enner Valencia, el "Niño Moi" y todos los jugadores son la reserva moral y de dignidad de la nación y representan la antítesis de esta politiquería mafiosa que nos desgobierna.
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