Dice Rudiger Dornbusch, profesor del MIT que "las crisis tardan en llegar mucho más de lo que uno cree, pero cuando llegan, lo hacen a una velocidad mucho más fuerte de lo que uno imagina".
Vemos en los noticieros todos los días sicariatos, asaltos, extorsiones, secuestros, masacres, bombazos, las muertes violentas se han normalizado en la sociedad lamentablemente.
La estadística nos indicaba que en 2021 ocurrieron 2.135 muertes violentas, es decir 5,8 por día, lo cual ya era una crisis.
Pero prácticamente no se hizo nada o lo que se ha hecho es equivocado o insuficiente, por eso la crisis de violencia se aceleró y hemos pasado hasta mediados de octubre de 2022 a 11,9 muertes violentas por día, esto es más del doble que el año pasado.
Este fin de semana, solo entre la zona 8 y Esmeraldas se han registrado 16 muertes violentas en menos de 24 horas.
Mientras el ministro de policía, Juan Zapata anunciaba un nuevo "plan de seguridad" para Esmeraldas, ocurrían en paralelo y en pocas horas 4 asesinatos más en esa ciudad.
Una parte de la sociedad, el gobierno y el Estado en general, se encuentran en fase de negación, aún no reconocen la gravedad de esta crisis de inseguridad o en su defecto, el diagnóstico es errado y en consecuencia se toman medidas no acertadas y allí están los resultados, ahora ya no matan a 5,8 ni a 11,9 personas por día sino a 16.
Los resultados prácticos son el mejor criterio de la verdad, si las muertes violentas ya han pasado a 16 por día, la verdad es que cualquiera que sea el plan o la estrategia del gobierno contra la inseguridad, si es que lo tienen, no está funcionando.
Desde mi perspectiva, las mafias le han declarado la guerra a la sociedad y al Estado con armas de grueso calibre mientras que el gobierno cree que es una "ola delincuencial" y les responde con "balines".
Esto es una guerra y la estamos perdiendo. Si queremos ganar la guerra se necesita que toda la nación se una en torno a un liderazgo con coraje y que genere confianza, se requiere de un plan, la actuación conjunta de la policía y las FFAA y la colaboración de la ciudadanía.
No hay ese liderazgo ni temple ni credibilidad, no hay un verdadero plan, la policía y las FFAA se tiran la pelotita mientras la ciudadanía se encuentra aterrorizada.
En ese escenario, la violencia seguirá creciendo. Les pido por favor a todos en Acción por el Cambio, en especial a los compañeros de Esmeraldas y de las demás zonas calientes que nos cuidemos entre todos y a nuestras familias, es lo mejor que podemos hacer en este momento, cuidarnos.
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